No se hace honor al término pedales entendido como borrachera.
Todo fue por cauces más acordes con la agrupación deportiva.
La hora prevista para el comienzo, 20:30 h., tuvo que ser modificada por culpa de las cañitas previas.
Todo comenzó como estaba previsto con un discurso breve de nuestra joven presidenta agradeciendo la asistencia a tan distintivo acto.
Los entrantes entraron de maravilla hasta el plato gordo de la noche. Un error en la logística nos permitió probar el solomillo con salsa de cabrales. Menos mal que se dieron cuenta, de lo contrario hubiera sido doble ración.
Retirado, a medias, el solomillo con el cabrales volvimos al guion: solomillo de ternera. Muy rico. Los del pescado no se quejaron por lo que se puede afirmar que les gustó.
Postres a base de tartas dulces, cafés y chupitos por gentileza de la casa. Menos mal.
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El peor momento fue el de pagar. Nos cobraron el exceso de vino. No vi ningún agente poniendo test de alcohol.
El cobro individualizado daba para un contable. Moneda, tarjeta, móvil. La señora del restaurante veía que aquello se podía ir de las manos.
El mejor momento de toda la cena fue para Samuel que fue agraciado en el sorteo con un maillot aportado por nuestro compañero Víctor y su firma comercial Rithers. El modelo de maillot deja ver como será la moda del próximo año.
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Los hermanos López González salen pitando a comer las Gachas de la mancha de cuyo nombre no me acuerdo.
Algún cubata cae en la sobremesa y después de una despedida a la luz de la noche. 12 h. Vamos circulando para casa los mas responsables. Los jóvenes creo que se fueron de copas. No he sabido suceso alguno.
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El sábado hubo salida y todo volvió a la normalidad.
