Tras una semana animando a la gente de la Grupeta de AD Pedales a apuntarse a esta brevet de 200 km, la primera del año, organizada por los compañeros de GCD Pueblo Nuevo que cuentan con una gran experiencia organizando este tipo de eventos deportivos, conseguimos a "engañar" a 17 de nuestros socios que querían probarse en esto de la larga distancia.
Marcaban las 8 de la mañana y, tras un café rápido mientras recogíamos la cartilla brevetera (punto de control 1) y preparábamos nuestras bicicletas, comenzamos esta andadura desde la localidad de Loeches dirección aranzueque donde teníamos que sellar nuestro segundo punto de control. Estos primeros kilómetros comenzaban con un par de grados positivos y un ritmo que, para los que ya conocemos este tipo de marchas, era el "brevetero". Pero la gran afluencia de participantes y para no colapsar las carreteras con grupos demasiado grandes, hizo que aumentáramos un poco el ritmo, lo que desestabilizó las fuerzas de unos y otros y provocó que el grupo se partiera. Tras reagrupar unos km más adelante, decidimos que éramos un grupo bastante consolidado para poder afrontar entre nosotros toda la travesía.
Llegamos a la primera bajada del día donde nos quedamos literalmente helados, con 0 grados en el Garmin más optimista y unos cuantos km llaneando a la sombra que no hacían elevar esa temperatura.
La estrategia de no desayunar en el segundo control para evitar una afluencia masiva de ciclistas en el km 40 donde todavía no podría haber demasiadas diferencias respecto al tiempo y distancia con el resto de grupos funcionó, y esa parada fue rápida y organizada para poner el correspondiente sello y que algunos compañeros pudieran acudir al aseo.
Continuamos nuestra ruta dirección Pastrana, con intención de desayunar allí en el km 60.
La mala fortuna (y es que en esto de las largas distancias no puedes dar nada por hecho), uno de los nuestros destalona la rueda en una bajada larga con terreno un poco abrupto y decidimos para esperarle (excepto un par de compañeros que se percataron del problema y le acompañaron mientras lo solucionaba) desayunar en el siguiente pueblo, Renera, hasta que bajaran.
Esta parada merecía la foto de grupo que, por nervios y prisas, no nos percatamos de hacer a la salida.
Tras un café y una tostada con aceite y tomate que tanto nos gusta a los ciclistas, continuamos rodando dirección Carrascosa del campo, donde nos esperaba el control 3 en el kilómetro 118.
Adelantar forzadamente por las circunstancias el desayuno al km 47, implicaba enfrentarse sin paradas a 71 km de terreno rompe piernas con viento de cara y unos 1000 metros de desnivel. Sin duda, era uno de los tramos más complicados de esta aventura, pero las ganas y la todavía no apreciable fatiga de todos, nos permitió avanzar a un ritmo alegre pero tampoco penalizante, esperándonos unos a otros en todos las subidas exigentes y dando lo mejor de cada uno en los tramos más llanos, que eran pocos...
No sé si fue ver unos tejados de un pueblo a lo lejos tras unas largas rectas de huertas terrosas en territorio manchego y de orografía ondulada o el hambre que ya íbamos sintiendo, pero en los últimos 5 km, de inclinación favorable a pesar del viento que entraba en contra desde la derecha, nos hacía pedalear con fuerza como si de un oasis en medio del desierto se tratara.
Parecía que salían todos los bocadillos excepto los 6 de tortilla francesa que habíamos pedido algunos de los nuestros... Esto hizo que nuestro tiempo de comida se alargara hasta las 15:30 de la tarde, lo que hizo percatarnos de que quizá se nos hiciera de noche. Y es que quedaban 88 km y 3 horas y media de luz. Cualquier pinchazo, avería o contratiempo nos comprometía a tener que tirar de luces para poder llegar con cierta seguridad y visibilidad pero ya no contábamos con toda la batería necesaria.
Antes de llegar a este punto, los más "veteranos" en esto de las brevets que contamos con experiencia, íbamos con luces apagadas ahorrando para este posible hecho...
Salimos de Carrascosa casi a las 16 h entre llenar botellas, ponerse cascos y calar.
Decidimos salir los más "castigados" un poco antes y que el grupo fuerte nos cogiera un poco más adelante. Así afrontamos los primeros 10 km después de la comida, con viento lateral por la izquierda que en ocasiones daba a favor, y es que aquí en la Mancha el aire oscila más que los precios!!!
Km 160, Estremera. En el planteamiento inicial teníamos pensado parar aquí a tomar un café tras la comida en el 118. Pudimos hacerlo, más rápidamente de lo que hubiéramos querido para que no se nos echara la noche encima, solo que, en vez de café fueron Cocacolas y Aquarius para reponer energías. Algunos compañeros también tuvieron que echar mano del famoso Naproxeno, y es que con casi 7 horas sobre la bicicleta iban surgiéndonos dolores.
Salimos de Estremera nuevamente en dos grupos, los más perjudicados primero para que los que iban mejor nos cogieran un poco más adelante. Aunque la salida del pueblo era cuesta arriba, rápidamente el terreno mejoraba hasta llegar a Carabaña, donde ya solo nos quedaba afrontar el último repecho de unos 2'6 km y 148 metros de desnivel, con una pendiente media del 5'6.
En este tramo ya empezábamos a ver ciclistas de otros clubs que terminaban su brevet casi a la par que nosotros, compañeros del c.c. Chamartín, moskito bikers y pueblo nuevo.
Terminamos de ascender a las 18:10, teníamos por delante 50 minutos de luz y 20 minutos de ruta con terreno bastante favorable. Era posible llegar sin ser noche cerrada!!!
Encendimos todas las luces disponibles y arrancamos hasta Loeches. Los últimos 5 km fueron bastante estresantes, con bastante tráfico y una luz diurna que empezaba a escasear, pero rodábamos a buena velocidad ya con ganas de finalizarla.
A las 18:50 entrábamos en Loeches buscando el lugar donde poner el último sello antes de depositar la cartilla en el buzón que los organizadores nos habían indicado.
Reflexiones:
La etapa termina con una gran sonrisa de satisfacción por todos nuestros compañeros, abrazos para felicitarnos por nuestra proeza, un brindis, 206 km recorridos en casi 8:30 y 2400 metros de desnivel.
Toda una experiencia que estoy segura de que muchos más repetirán y animarán a muchos más a vivirla!!!